Historia del Panteón de Oriente

Llamado inicialmente Panteón Civil, tiene como fecha aproximada del comienzo de su construcción, el año de 1858, cuando el rico hacendado Juan Nepomuceno Flores donó 20 hectáreas ubicadas al oriente de la ciudad, ya que según decreto, la localización del cementerio debería ser lejos de la ciudad, donde los vientos fueran en contra y no hubiera arroyos, ríos o mantos de agua cercanos.
El primer sepulcro de éste panteón corresponde al del Sr. Ruperto Aragón, quien falleció el 24 de abril de 1861. Su cantera está cubierta por maleza y tierra, tras una reja negra, colindando con el hoy Instituto Estatal del Deporte.
En este panteón se encuentra el Museo de Arte Funerario “Benigno Montoya”, único en su género en el país, que contiene un importante número de obras escultóricas de este artista de la cantera, zacatecano de nacimiento pero duranguense por adopción, ya que siendo un niño de tres meses de edad, Don Benigno llegó a Durango con su familia, estableciéndose permanentemente aquí y realizando su trabajo de labrado de la cantera y el mármol, siendo las esculturas y monumentos de cruces, ángeles y dolientes, hechos en el Panteón de Oriente, los más importantes y que constituyen el acervo del mencionado museo.
Actualmente, es común ver y disfrutar los recorridos nocturnos al panteón con guías turísticos certificados, quienes hacen muy ameno el paseo, contando historias y consejas de las tumbas y moradores del panteón.